“Hacia calor, bochorno necesitaba parar y beber un poco de agua así que me senté en la primera roca que encontré debajo de un árbol. Saqué mi botella de agua y cuando empecé a beber me encontré con esta imagen…
La buena mujer, iba recogiendo matojo a matojo para dejarlo todo “limpio de malas hierbas” y así evitar la rotura del templo por esas raíces perdidas. Incluso en muchas ocasiones recogía trozos que era casi invisible a mis ojos, la mujer se le veía tranquila y relajada”.
Soy impaciente lo reconozco quiero tenerlo, saberlo, comprenderlo, vivirlo, en ese mismo momento. Esa impaciencia hace que muchas veces me sienta impotente e incluso triste por no tener lo que quiero cuando mi objetivo es claro… y otras miro atrás en el tiempo y no veo el fruto que sembré y me desespero…
No obstante tengo claro que tengo que dedicar un tiempo a limpiar el camino para luego comenzar a cultivarlo.
Así que hoy te propongo un juego:
Ponte cómod@, cierra los ojos e imagínate que tienes el poder de limpiar una parte de tu camino para luego comenzar a cultivarlo y obtener beneficios.
¿Qué es lo primero que te ha venido a la cabeza?.
¿Tiene sentido para ti?.
Te animo a que comiences a limpiar ese pensamiento fugaz que te ha venido para luego sembrar… Si, sembrar, echar una semillita comenzar a regar y ver hasta dónde llega sin presión de tiempo; y cuando sintamos que ya es el momento recoger ese fruto.
Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
M.Luther King