Comenzó a atardecer y el cielo se fue tornando de un rojo espectacular.
La velocidad del tren no me permitía enfocar bien mi objetivo, el horizonte!.
Y La Luz del tren hacia que el reflejo del interior se proyectase al exterior…
Así que pensé, pues si la velocidad me da el movimiento, y La Luz el reflejo hagamos que la foto se forme sola.
Y de ahí mi reflexión:
Muchas veces intentamos luchar contra lo que no nos gusta porque no es lo que estábamos esperando y nos olvidamos de darle una oportunidad a lo inesperado!.
«Viajar es mucho más que ver cosas, es un cambio profundo y permanente de las ideas de la vida».
Gracis Mar, pasalo bonito. 😉
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