Se cierran las puertas, el avión despega y poco a poco la tripulación va cerrando las ventanas, ya da igual en qué lugar del planeta estés…
Durante las 11 horas estas tú, estoy yo, estas contigo y con otras personas desconocidas, con sus historias y sus costumbres…y,así preguntándome de donde será esa señora, y porque viajará solo ese chico…me voy de un punto del planeta al otro.
Realmente es un viaje largoooo, de hecho cuando la gente me dice que son muchas horas, les doy la razón porque realmente lo son, pero también te tengo que contar, que me dedico ese tiempo para reflexionar, comer algo, ver una película, dormir, abrir un poquito la ventana y ver en qué punto del océano estoy,otra peli, leer un rato, aburrirme, meditar, pensar un poco en las semanas de trabajo que vienen, escribir este post y así cuando me he querido dar cuenta el comandante está diciendo que en breve nos aproximamos a nuestro destino, el tiempo es nuboso y hace 9 grados.
Y es entonces cuando abro la ventana observó el horizonte, y aparece una nube grande que tapa toda la visibilidad del paisaje, giramos a la derecha y comienza el espectáculo!
Un maravilloso paisaje de nubes blancas, con tonos amarillentos por el atardecer…
… Y en ellas me pierdo, como cuando era niña saltando entre las nubes e imaginando millones de figuras y formas, y así poco a poco vamos bajando y aterrizando en tierra, dejando las nubes atras y los sueños en el horizonte.
Para llegar a la cima, hay que estar dispuesto a superarse a sí mismo todos los días.
Hola Mar! Ya de vuelta !!!, y aunque andes más por un «Alli» … Siempre te siento «Aqui».
Besazos!!! 🙂
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