Este es un pequeño proyecto que durante este viaje me he permitido hacer:
Levantarme, abrir las persianas y mientras mis ojos se acostumbraban a la luz del día, hacer una foto, y otra y otra hasta coleccionar casi 50 «despertares».
Estos despertares me fueron regalando días oscuros, soleados, luminosos, nublados y otros que incluso no se podría ver mas allá del primer edificio, pero es curioso como conforme este iba transcurriendo todo cambiaba…
Y hoy me despido de esta ciudad que por un lado tanto me da y por otro tanto me quita para volver a mi hogar, para volver con mi gente y definitivamente para volver a mí.
-Tras el vivir y el soñar, está lo que más importa: el despertar.- Antonio Machado.