Domingo, otro lugar, otra gente.
Me desperté temprano y al abrir la ventana, hacia sol. El cielo azul se veía interrumpido por alguna esponjosa nube que hacía del cielo un lugar para observar.
Me vestí y fui a dar un paseo. Mucha gente caminando, familias hablando y niños riendo…bonita estampa.
Quise parar un poco de estos días locos, estresantes y agobiantes de trabajo y me senté en una cafetería. Pedí un cortado, me coloque las gafas de sol y el mundo empezó a pasar.
Como si estuviera meditando las ideas venían como personas pasaban y es entonces cuando me di cuenta de que ese instante, ese momento, eso era mi vida.
¿Y qué estaba haciendo? La estaba dejando pasar, como una mera observadora, eso me hizo dar un brinco, ponerme de pie y mirar atrás.
No te voy a decir que haya sido una revelación, porque han pasado varios días y ahora en este instante estoy en una cafetería sentada, tomando un café y dando los buenos días a toda la gente que pasa por mi lado.
Pero sí sé:
…Que soy consciente, y sé qué debo hacer algo…
… Que el stress me hizo caer y que relativizar me hizo volver…
…Que caminar me hace refrescar los pensamientos y el viento del camino me aclara las ideas…
Así que, me pongo en marcha, me pongo en pie y sigo mi camino…
Porque como decía la canción:
…Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar…
Sal a pasear!!
Feliz fin de semana.