
Hoy hablaba con un amigo de valorar nuestro trabajo, de valorar nuestro tiempo.
Nos quejamos que no lo tenemos y sin embargo lo regalamos sin mirar su precio.
Y es que, si te soy sincera, cada vez siento más que el tiempo es oro, y por eso hay que saber dónde o como lo invertimos.
La verdad, me cuesta poner el límite de donde está esa barrera.
A raíz de esto, y de varias conversaciones sobre proyectos futuros he llegado a entender cómo piensa mi cabeza:
“Si pagas por algo esperas un resultado, pero si lo haces gratis no”.
Mi conclusión es que a eso se le llama falta de confianza; y si tu confías en mí
¿Quién soy yo para no hacerlo?.
Acabo el 2022 con muchos proyectos en mente, algunos dándoles formas y otros aún en la nebulosa de ¿te imaginas?.
Y si, quiero imaginar, quiero soñar y como no: te espero en ellos conmigo.
Será un viaje hermoso y lleno de aventuras, te lo aseguro.